Las catacumbas olvidadas de Lima

Dentro del sótano de las Catacumbas de Lima, yacen los restos de los residentes adinerados de la ciudad que creían que serían los últimos en encontrar el descanso eterno en sus costosos lugares de entierro.

En el corazón de Lima, Perú, se encuentra un tesoro escondido: las catacumbas debajo de la Basílica y el Convento de San Francisco. Estos antiguos túneles, construidos por la orden franciscana en 1549, sirvieron como cementerio de la ciudad durante la época colonial española. Las catacumbas permanecieron olvidadas durante siglos hasta su redescubrimiento en 1951, y hoy son un testimonio de la rica historia y herencia cultural de Lima.

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Catacumbas de Lima: Calaveras en el monasterio. Wikimedia Commons

Un viaje en el tiempo

Catacumbas de Lima: La construcción y finalidad

En 1546 se inició la construcción de la Basílica y Convento de San Francisco, siendo las catacumbas parte integral del diseño. Estas cámaras subterráneas fueron construidas para soportar el convento en caso de un terremoto, que era una amenaza constante en la región. Las catacumbas se construyeron cuidadosamente para brindar estabilidad y protección, garantizando la seguridad de los habitantes en la superficie.

el cementerio de la ciudad

Durante la época española del Perú, las catacumbas sirvieron como cementerio principal de la ciudad de Lima. Los monjes franciscanos enterraron a los difuntos en las cámaras subterráneas y, con el tiempo, las catacumbas se convirtieron en el lugar de descanso final para aproximadamente 25,000 personas. Desde la gente común hasta los ricos e influyentes, personas de todos los ámbitos de la vida encontraron su morada eterna en estos terrenos sagrados.

Cierre y redescubrimiento

El uso de las catacumbas como cementerio terminó en 1810, luego de la Guerra de Independencia del Perú. El general José de San Martín, figura clave en la lucha por la independencia de Perú, prohibió el uso del cementerio y se cerraron las catacumbas. Durante muchos años, la existencia de estos pasadizos subterráneos permaneció en el olvido hasta su redescubrimiento fortuito en 1951.

Revelando los misterios

El complejo subterráneo
Catedral de Santo Domingo, Lima/Perú- 19 de enero de 2019
Complejo subterráneo de la Catedral de Santo Domingo, Lima/Perú- 19 de enero de 2019. iStock

Las catacumbas debajo de la Basílica y el Convento de San Francisco no se limitan únicamente a los terrenos del convento. Se extienden debajo de Lima, conectando varios puntos de referencia como el Palacio de Gobierno, el Palacio Legislativo y la Alameda de los Descalzos al otro lado del río Rímac. Estos túneles interconectados sirvieron como medio de transporte y comunicación, conectando edificios importantes y proporcionando una red oculta debajo de la superficie de la ciudad.

Mapeando lo desconocido

A pesar de los intentos de cartografiar todo el complejo en 1981, la verdadera extensión de las catacumbas sigue siendo un misterio. El laberinto subterráneo se extiende más allá de la imaginación, eludiendo la exploración y la documentación exhaustivas. Los túneles que conducen a diferentes puntos en el centro de la capital continúan intrigando a historiadores y arqueólogos, dejándolos con la abrumadora tarea de desentrañar los secretos escondidos dentro de los oscuros rincones de las catacumbas.

Descubrimientos en las profundidades

Durante las exploraciones de las catacumbas, se desenterró una cripta que se cree que sirvió como depósito de municiones. Otra hipótesis apunta a su vinculación con la Iglesia de los Desamparados, construida por el virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, X Conde de Lemos. Esta cripta y otras cámaras dentro de las catacumbas contenían no solo restos humanos sino también artefactos y tesoros valiosos, lo que insinuaba su propósito más allá de ser un mero cementerio. Expertos encargados por el Estado peruano creen que las catacumbas sirvieron como medio para proteger a los habitantes de la zona contra la piratería y salvaguardar posesiones valiosas.

Preservando la historia

Un monumento patrimonial

La Basílica y Convento de San Francisco, junto con sus catacumbas, tiene un inmenso significado histórico y cultural. Es considerado uno de los monumentos patrimoniales más importantes del centro histórico de Lima. En reconocimiento de su importancia, la UNESCO declaró el Centro Histórico de Lima, incluido el complejo de San Francisco, Patrimonio de la Humanidad el 9 de diciembre de 1988. Esta prestigiosa designación solidifica el lugar de las catacumbas en la historia y enfatiza la necesidad de su preservación y protección.

De cementerio a museo

En 1950, las catacumbas fueron reabiertas como museo, lo que permitió a los visitantes explorar este mundo subterráneo y aprender sobre el pasado de Lima. Los huesos de las aproximadamente 25,000 XNUMX personas enterradas dentro de las catacumbas están organizados en diferentes salas según su tipo, creando una exhibición única que invita a la reflexión. Algunos de los huesos están dispuestos en patrones artísticos, lo que destaca la sensibilidad artística de los monjes franciscanos que los depositaron cuidadosamente. Esta yuxtaposición de la muerte y el arte sirve como un recordatorio conmovedor de la impermanencia de la vida y la belleza perdurable de la creatividad humana.

Palabras finales

Las olvidadas Catacumbas de Lima se alzan como testigo de la rica historia y patrimonio cultural de la ciudad. Desde su construcción en el siglo XVI hasta su cierre como cementerio en el siglo XIX y su redescubrimiento en el siglo XX, estas cámaras subterráneas han sido testigos del flujo y reflujo del tiempo. Hoy, ofrecen una mirada al pasado, lo que permite a los visitantes conectarse con las historias de aquellos que vinieron antes. Las catacumbas de Lima invitan a los aventureros a explorar sus profundidades ocultas, desentrañando los misterios que yacen bajo la superficie y preservan la memoria de una era pasada.