Con una envergadura de hasta 40 pies, Quetzalcoatlus ostenta el título de ser el animal volador más grande conocido que jamás haya agraciado nuestro planeta. Aunque compartió la misma época con los poderosos dinosaurios, Quetzalcoatlus no era un dinosaurio en sí.
Hace aproximadamente 2975 años, el faraón Siamón gobernaba el Bajo Egipto mientras la dinastía Zhou gobernaba en China. Mientras tanto, en Israel, Salomón esperaba su sucesión al trono después de David. En la región que hoy conocemos como Portugal, las tribus se acercaban al final de la Edad del Bronce. En particular, en la actual ubicación de Odemira, en la costa suroeste de Portugal, se produjo un fenómeno inusual y poco común: un gran número de abejas perecieron dentro de sus capullos, cuyas intrincadas características anatómicas se conservaron impecablemente.
La historia de la Tierra es una historia fascinante de cambio y evolución constantes. A lo largo de miles de millones de años, el planeta ha sufrido transformaciones dramáticas, moldeadas por fuerzas geológicas y el surgimiento de vida. Para comprender esta historia, los científicos han desarrollado un marco conocido como escala de tiempo geológico.
Los paleontólogos de la Universidad de Queensland, Australia, se han topado con lo que parece ser lo más parecido al dragón de la vida real y es tan magnífico como parece.
La especie recién descubierta, Prosaurosphargis yingzishanensis, crecía alrededor de 5 pies de largo y estaba cubierta de escamas óseas llamadas osteodermos.
Estas cinco extinciones masivas, también conocidas como "las Cinco Grandes", han dado forma al curso de la evolución y alterado dramáticamente la diversidad de la vida en la Tierra. Pero ¿qué razones se esconden detrás de estos acontecimientos catastróficos?
Una pared rocosa de 20 pisos en Alaska conocida como "El Coliseo" está cubierta con capas de huellas pertenecientes a una variedad de dinosaurios, incluido un tiranosaurio.
El antiguo depredador, que los científicos han llamado Venetorapter gassenae, también tenía un pico grande y probablemente usaba sus garras para trepar a los árboles y despedazar a sus presas.
Un estudio reciente descubrió que muchos de los fósiles del esquisto de posidonia de Alemania no obtienen su brillo de la pirita, comúnmente conocida como oro de los tontos, que durante mucho tiempo se pensó que era la fuente del brillo. En cambio, el tono dorado proviene de una mezcla de minerales que insinúa las condiciones en las que se formaron los fósiles.
Un descubrimiento reciente de un fósil de China muestra que un grupo de reptiles tenía una técnica de alimentación por filtración similar a la de las ballenas hace 250 millones de años.