El Oráculo de Delfos era un antiguo lugar sagrado ubicado en Delfos, Grecia. Era un santuario dedicado al dios griego Apolo y era considerado uno de los sitios religiosos más importantes del mundo antiguo.
La pieza central del Oráculo de Delfos era el Templo de Apolo, donde el Oráculo entregaría profecías y predicciones. El Oráculo era una sacerdotisa conocida como Pythia, que entraba en un estado de trance y comunicaba los mensajes de Apolo a quienes buscaban orientación o consejo.
Se creía que el Oráculo de Delfos tenía la capacidad de predecir el futuro con precisión, y personas de todo el Mediterráneo viajaban a Delfos para consultar con el Oráculo. Reyes, líderes y personas comunes y corrientes buscaron la sabiduría del Oráculo al tomar decisiones importantes como ir a la guerra o establecer colonias.
Las profecías del Oráculo de Delfos se consideraban tan esenciales que incluso grandes conquistadores como Alejandro Magno visitaron Delfos para buscar su consejo antes de embarcarse en campañas militares. El Oráculo no sólo era consultado sobre cuestiones políticas sino también sobre cuestiones personales, como matrimonios, acuerdos comerciales e incluso cuestiones relacionadas con la salud.
Las profecías del Oráculo eran a menudo crípticas y abiertas a interpretación, lo que requería que el buscador considerara cuidadosamente la respuesta y sus posibles significados. Las declaraciones de la Pythia fueron interpretadas luego por un grupo de sacerdotes conocidos como los profetas. Las profecías fueron muy apreciadas e influyentes y dieron forma al curso de muchos acontecimientos históricos.
Además del Templo de Apolo, el Oráculo de Delfos también constaba de otras estructuras y monumentos, incluido un teatro, tesoros donde se exhibían valiosas ofrendas y un estadio deportivo. El sitio estaba rodeado de impresionantes paisajes naturales, con majestuosas montañas y el pintoresco valle de Fedriades.
El Oráculo de Delfos jugó un papel importante en la mitología y la historia griegas, y su influencia se extendió a lo largo de varios siglos. Finalmente fue destruido durante la conversión del Imperio Romano al cristianismo, pero su legado como oráculo poderoso y lugar espiritual esencial sigue vivo en los anales de la antigua Grecia.