Último viaje: una mujer enterrada en una canoa durante 1000 años encontrada en el noroeste de la Patagonia

Un esqueleto de mujer de 1000 años de antigüedad encontrado enterrado en una canoa en el sur de Argentina ha revelado la primera evidencia de un entierro prehistórico allí. El estudio, que fue publicado en la revista de acceso abierto PLoS ONE, describe la investigación del grupo.

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Una ilustración de una joven fallecida acostada en un wampos (canoa ceremonial) con una jarra de cerámica cerca de su cabeza. © Crédito de la imagen: Pérez et al., 2022, PLOS ONE, CC-BY 4.0

Los restos fueron encontrados en Newen Antug, un sitio de excavación en el lago Lacár en el oeste de Argentina. La mujer tenía entre 17 y 25 años cuando murió, pero los investigadores no pudieron determinar la causa de la muerte. Se colocó un cántaro cerca de su cabeza y se la rodeó de casi 600 fragmentos de madera de cedro chileno; también había indicios de que la madera había sido quemada.

Los restos datan de alrededor de 1142 dC y pertenecen a la cultura mapuche, lo que indica que vivieron y murieron antes de la invasión española. Los mapuches ahuecaron canoas de madera usando fuego. Las pruebas de sus fragmentos óseos revelaron que era miembro de la cultura mapuche y vivió y murió antes de la invasión española.

El hallazgo es la primera vez que se observa un entierro en canoa patagónico argentino, y es un descubrimiento verdaderamente raro: la mayoría de los entierros en canoa eran para hombres. Los investigadores especulan que su descubrimiento indica que la práctica podría haber sido más común de lo que se pensaba anteriormente.

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Las canoas conocidas como wampos en lengua mapuche se construyeron ahuecando con fuego un solo tronco de árbol, con paredes más gruesas en la proa y la popa. © Crédito de la imagen: Pérez et al., 2022, PLoS ONE, CCBY 4.0

Se ha sugerido que enterrar a las personas en una canoa era parte de un ritual que permitía al difunto hacer un viaje final a través de aguas místicas hasta el destino de las almas, una tierra conocida como Nomelafken.

Los arqueólogos creen que fue enterrada en una canoa y que se utilizó un lecho de almejas de agua dulce como lecho funerario. La jarra se colocó junto a su cabeza, lo que indica que quien la enterró estaba familiarizado con la costumbre del entierro.