¿Qué hay debajo de los Rostros de Bélmez?

La aparición de extraños rostros humanos en Bélmez comenzó en agosto de 1971, cuando María Gómez Cámara -esposa de Juan Pereira y ama de casa- se quejó de que se había formado un rostro humano en el piso de concreto de su cocina. Su esposo destruyó la imagen con un pico solo para que reapareciera en el piso. Posteriormente, el alcalde de Bélmez prohibió la destrucción de la imagen y en su lugar se cortó el piso de concreto y se llevó a estudio.

Rostros de Belmez
Uno de los Rostros más famosos de Bélmez

Durante los siguientes treinta y dos años, la familia Pereira afirmó que seguían apareciendo rostros de hombres y mujeres y de diferentes formas y tamaños. Luego, cuando se excavó el piso de la casa, se encontró que contenía los restos de humanos. Se especuló que existía un cementerio debajo de la casa.

Los rostros de Bélmez

En la provincia andaluza de Jaén, a los pies de Sierra Magna, entre un sinfín de plantaciones que ofrecen la materia prima del mejor aceite de oliva de España, se encuentra Bélmez de la Moraleda. Es un pequeño pueblo con un castillo rodeado por el pico de Carboneras, donde viven pacíficamente sus 1,500 habitantes, la mayoría de los cuales se dedican a la agricultura y a la producción de un aceite que tiene protección y el orgullo de tener una denominación de origen.

La calma, la quietud y el silencio son las principales características de sus calles, especialmente en verano, cuando el sol mediterráneo golpea estas tierras. Pero todo fue diferente ese cálido mediodía del 23 de agosto de 1971. En pocos minutos se corrió la voz por todo el pueblo de que en el piso de la cocina de la casa de María Gómez Cámara había aparecido una extraña imagen parecida a un rostro humano.

Ni el alcalde, ni el cura, ni el jefe de la policía municipal encontraron una explicación racional. Entonces se dispararon las hipótesis del lado de lo sobrenatural; especialmente cuando, harto de todo el alboroto, uno de los hijos de María Gómez y su esposo decidieron destruir la imagen y tapar el sitio con cemento. Unos días después, el rostro, aparentemente masculino, con los ojos y la boca abiertos y largas líneas oscuras como bigotes, reapareció en el nuevo cemento.

Rostros de Bélmez
Rostros de Bélmez apareció en 'La casa de los rostros'.

Estos fueron los primeros de los más de 1,000 rostros que aparecieron en los pisos y paredes de todas las estancias de la casa así como en el pavimento de la propiedad durante años, lo que convirtió a Bélmez en el centro de atención de los curiosos que acudían a ver el fenómeno con sus ojos.

Rostros de Bélmez
Caras marcadas para análisis

Según varios expertos en parapsicología, este fenómeno se denomina “teleplastia”. Que consiste en la “aparición por casualidad de formas o figuras más o menos reconocibles en una superficie, debido a un supuesto contacto de estas superficies con el ectoplasma”. Para la ciencia convencional, es "pareidolia", un fenómeno psicológico en el que un estímulo vago y aleatorio se percibe erróneamente como una forma reconocible.

“Vi una mancha en el suelo ese día, pero pensé que eran mis alucinaciones porque tenía fiebre y no me encontraba bien”, dijo María Gómez Cámara, de quien varios expertos dijeron que podía hacer 'teleplastia 'que consiste en poder plasmar pensamientos en imágenes. Pero el alcalde aún defendió la honestidad de esta mujer, quien accedió a tener la cocina sellada y tapada por unos meses bajo la supervisión de un notario. Cuando se volvió a entrar en la habitación, habían aparecido 17 caras nuevas.

Turismo Paranormal en Bélmez

Gracias a los reportajes del diario El Pueblo, María Gómez se hizo famosa en toda España, pero no faltaron científicos y expertos que describieron los rostros de un gigantesco fraude. Se dice que su hijo, Diego Pereira, los pintó con nitratos y cloruro de plata. Y un portavoz del Ministerio del Interior declaró que todo fue un montaje, amenazando a la familia con un proceso judicial por fraude.

Rostros de la casa Bélmez Maria Gómez
Casa de María Gómez en 2012, con un cartel indicando el horario de visitas.

El caso es que en el apogeo del fenómeno hubo fines de semana en los que unas 10,000 personas se acercaron a Bélmez para ver los rostros que se borraban, reaparecían y se movían por el suelo. María Gómez Cámara no cobraba por dejar entrar a la gente en su casa, pero sí aceptaba propinas. Su marido se asoció con un fotógrafo para vender las imágenes por 15 pesetas. Algunos rumores aseguraron que la propietaria llegó a ingresar la fortuna de alrededor de un millón de pesetas en 1972 cuando había largas colas en su puerta.

¿Qué se revela más tarde?

El próximo año, los estudios geológicos mostraron que la casa fue construida sobre un cementerio antiguo, lo que explicaría las voces y susurros que también se escucharon en el lugar que los obligó a cavar el suelo, revelando huesos de un cementerio del siglo XIII. “Lo extraño fue que encontraron huesos pero no calaveras”, dijo Lorenzo Fernández, autor de un libro sobre los “Rostros de Bélmez”.

María Gómez, oriunda del pueblo, falleció en febrero de 2004 a la edad de 85 años y, poco después de su expiración, aparecieron caras nuevas en otra casa donde había nacido y vivido, lo que fortaleció la tesis de quienes creían en ella poderes psíquicos extrasensoriales. Pero esta vez, el diario El Mundo publicó un artículo con el titular: “Nuevos rostros de Belmez falsificados por 'Cazafantasmas' y Gobierno Municipal”.

A día de hoy, las opiniones siguen divididas sobre si los rostros de Bélmez fueron un gran fraude o fueron producto de la mente de María Gómez Cámara, quien siempre pretendió ser una mujer normal, atormentada por un trágico pasado en el que murió parte de su familia. en el solar del santuario de Santa María de la Cabeza durante la Guerra Civil. Que cada uno saque sus conclusiones.